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Recomendaciones para favorecer un sueño reparador y evitar el insomnio:


Hábitos diarios:


1. Establecer una rutina regular: Intenta acostarte y despertarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.



2. Crear un ambiente propicio para el sueño: Mantén tu habitación oscura, silenciosa, fresca y sin distracciones como televisores o dispositivos electrónicos.



3. Limitar el uso de pantallas: Evita el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de dormir, ya que la luz azul puede alterar el ritmo circadiano.



4. Practicar actividad física: Realiza ejercicio moderado durante el día, pero evita hacerlo cerca de la hora de dormir.



5. Evitar estimulantes: Reduce el consumo de cafeína, nicotina y alcohol, especialmente por la tarde y noche.



6. Mantener una dieta equilibrada: Evita comidas pesadas, picantes o muy azucaradas antes de acostarte. Opta por cenas ligeras y equilibradas.



7. Practicar técnicas de relajación: Incorpora meditación, respiración profunda o yoga para reducir el estrés y preparar tu mente para el sueño.




Antes de dormir:


1. Evitar siestas prolongadas: Si necesitas una siesta, que sea breve (20-30 minutos) y no después de las 3 p.m.



2. Leer o escuchar música relajante: Estas actividades pueden ayudarte a desconectar del estrés del día.



3. Técnicas de higiene mental: Escribe tus preocupaciones o tareas pendientes antes de acostarte para despejar tu mente.



4. Reducir el consumo de líquidos: Para evitar interrupciones por necesidad de ir al baño durante la noche.


¿Nada de lo anterior te funciona?


Terapias para el insomnio crónico:


1. Neurofeedback:


Esta técnica no invasiva entrena al cerebro para regular patrones de ondas cerebrales asociados con el sueño.


Ayuda a reducir la hiperactividad cortical que muchas veces acompaña al insomnio crónico.


2. Neuroterapias de estimulación ondas cerebrales


Utiliza sonidos o luces rítmicas para sincronizar las ondas cerebrales a un estado propicio para el sueño.


Sesiones guiadas antes de dormir pueden ser particularmente efectivas.



3. Estimulación transcraneal por corriente directa (tDCS):


Se aplica corriente eléctrica de baja intensidad para estimular áreas del cerebro implicadas en la regulación del sueño.


Beneficia la reducción del estrés y la mejora en la calidad del sueño, especialmente en casos de insomnio resistente.



4. Terapia cognitivo-conductual para insomnio (CBT-I):


Identifica y modifica pensamientos y comportamientos que interfieren con el sueño.


Se complementa bien con neurofeedback para optimizar resultados.


5. Biofeedback:


Ayuda a las personas a aprender cómo controlar funciones fisiológicas, como la respiración y la frecuencia cardíaca, para inducir un estado de relajación profunda.


Importante: Las terapias deben ser personalizadas según las necesidades del paciente, y se recomienda combinarlas con estrategias de higiene del sueño para obtener mejores resultados.


Solicita una cita en Neura Institute para un abordaje integral.

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