El Trastorno Obsesivo Compulsivo se caracteriza por pensamientos, imágenes o impulsos persistentes que se experimentan como intrusos o no deseados y que son causantes de ansiedad o malestar que la persona busca ignorar, suprimir o neutralizar con algún otro pensamiento o acción.
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Estos pensamientos o conductas requieren de tiempo de la persona lo que puede causar deterioro social o laboral.

Tanto el neurofeedback como la neuromodulación son intervenciones prometedoras para el TOC, especialmente cuando se dirigen a la corteza prefrontal dorsolateral y la coteza prefrontal ventromedial. Estas técnicas no solo modulan la actividad cortical y subcortical, sino que también influyen positivamente en el circuito serotoninérgico, lo que contribuye a una mejora significativa en los síntomas del TOC. Las investigaciones metanalíticas recientes respaldan su eficacia y sugieren que estas herramientas pueden complementar los tratamientos tradicionales como la farmacoterapia y la terapia cognitivo-conductual.